Casi como una obsesión fatal, el Servicio Nacional del Consumidor ( Sernac ) ha centrado su permanente atención en los precios de los combustibles. Dichos comentarios, con mucha publicidad en los medios de comunicación, apuntan a según ellos la demora con que los distribuidores de las estaciones de servicios recogen la recomendación de la Enap de bajarlos, cuando el petróleo registra una disminución en el mercado mundial.
Tal iniciativa de este organismo público, a nuestro juicio, carece de sentido en una economía Abierta, libre y altamente competitiva como el Estado de Chile se autodefine en todos los foros y conferencias que da en el mundo. Esta contradicción, además nos hace recordar el viejo fantasma de controlar o fijar los precios , cuestión que atenta contra los éxitos que en materia económica exhibe nuestro país ya por más de tres décadas . más aun, cuando la propia Fiscalía Nacional Económica declaro en su tiempo a la prensa que puede existir un rezago temporal en los traspasos de precios, pues existe diferencia entre la oportunidad en que los empresarios , compañías mayoristas compran a Enap y el momento en que venden a los usuarios finales , y que el porcentaje de variación en dichos traspasos obedece a la dinámica propia de la competencia y a la estructura de costos de cada compañía.
Algunos días atrás fuimos invitados a la CNE, (Comisión Nacional de Energía) para nada más ni nada menos para informarnos que los distribuidores minoristas deberemos acceder a una cuenta electrónica de esta entidad del estado para informarles cada una de las variaciones de precios que realicemos en nuestras instalaciones y el que no lo haga recibirá una sanción monetaria. Creemos que este excesivo actuar de estas reparticiones del Estado solo producen daño a un sector productivo que contribuye al desarrollo de la Nación y que siendo el último eslabón de la cadena y teniendo la responsabilidad de la atención a publico trabajando las 24 horas. del día y los 365 días del año somos los más vulnerables debido a la alta delincuencia que asola nuestro País y especialmente a nuestro sector,( Estaciones de Servicios), aumentado aun más los costos de administración.
Por eso pensamos que es de gravedad absoluta cuando ciertas voces se alzan señalando que recurrirán a organismos antimonopolios, y que el Sernac y ahora la CNE quiera obligarnos a informarles cada vez que cambiemos los precios, creemos que en estos casos, estas entidades carecen de fundamentos sólidos y que además gastan cuantiosos recursos del Estado para implementar estas políticas estatizantes y que a la larga el consumidor final no lo verá reflejado en sus bolsillos. Resulta difícil que decenas de distribuidores, con costos diferentes, hagan acuerdos sobre precios, que , por lo demás, varían según la localización, la calidad y el tamaño de los clientes.
Creemos que obstáculos como estos generan incertidumbre y contribuyen a profundizar aún más la permanente agonía de los distribuidores minoristas de combustibles y entorpecer la libertad de comercio que está garantizada en nuestra carta fundamental.
Fernando Rodríguez Ramírez
Presidente de Adico. AG.