"Libertinaje" en la Industria de los Combustibles

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EntrevistaLa libre competencia, como principio rector de la economía de mercado, representa un elemento básico al modelo de organización económica de nuestro país, y constituye en el plano de las libertades, la primera y más importante forma en que se manifiesta el ejercicio de la libertad económica. Pero no tenemos que caer, por falta de legislación y resguardo, en un libertinaje económico, en una industria tan especializada como es la de los combustibles líquidos en nuestro país, que viene desde hace largos treinta años, invirtiendo grandes sumas de dinero en tecnologías para el manejo de los hidrocarburos,

dotando de infraestructura de última generación a las plantas de almacenaje de cada una de las Compañías Mayoristas ytraspasada a las cadenas de estaciones de servicio, con un altísimo estándar y de un enorme esfuerzo por parte de la propia Enap, por modernizar sus equipos para entregar gasolinas y diesel de calidad Premium, que sean compatibles con las exigencias medioambientales actuales y futuras de nuestro país.

Pero con mucha preocupación veo que todo este esfuerzo puede ser en vano, debido a la justa rebeldía de algunos distribuidores que desahucian unilateralmente sus contratos con sus mayoristas atribuido al bajo margen que recibe el sector y que está perjudicando gravemente los intereses de la industria y, por consiguiente, a los más débiles y último eslabón de la cadena de distribución, como es nuestro esforzado gremio de distribuidores minoristas. Ellos tienen que afrontar desde competencia desleal, robos, asaltos, cheques protestados y todos los mayores costos que asumen en la venta al detalle. Por eso, es que se ven tentados de comprar por el canal industrial a privados que, por alguna razón, tienen plantas de acopio de combustibles y que no se responsabilizan por tener una cadena y una logística territorial a lo largo y ancho del país. Más encima, hoy estamos enfrentando un nuevo foco de este libertinaje con entrada de camiones argentinos y chilenos a nuestro territorio, desde Argentina, por pasos sureños, como Pino Hachado y otros, con productos como gasolinas y, al parecer, naftas pesadas que no cumplen la exigente norma chilena para descontaminar nuestras ciudades.

Nadie pareciera responsabilizarse y menos hacerse cargo de esta delicada situación por la que atravesamos.
¿Es necesario que el Gobierno actúe como ente regulador de las imperfecciones que ocurren en este mercado? La tarea no es fácil, ya que las regulaciones en sí mismas pueden ser un imán para la corrupción y la informalidad. . El exceso de ellas resulta tan peligroso como la ausencia de las mismas. Lo que parece que hay en este caso.

Creo que todo es perfectible, somos una industria madura y si no intentamos revisar y mejorar en conjunto nuestro sistema económico, los equilibrios entre las regulaciones, la libertad, el resguardo social y el interés público, el sistema se puede volver en contra del país y de la propia empresa privada.