Bencinas: La Discusión Tributaria que Falta

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bencinaEs la oportunidad de evaluar, en serio, una reducción o la eliminación del impuesto a los combustibles.

Gran parte de los agentes domésticos valoran el aporte que ha hecho el Sistema de Protección de los Precios de los Combustibles (Sipco). Vigente desde marzo pasado, el mecanismo ha evitado alzas semanales de hasta $50 por litro. La pregunta que persiste es, sin embargo, si el instrumento ha sido suficiente.
Y es que si bien el esquema instaurado por el Gobierno ha funcionado, la bencina de 93 octanos ha escalado en torno a $188 en lo que va del ejercicio, mientras que la de 97 octanos lo ha hecho en cerca de $67.

Esto, ciertamente, redunda en una sustantiva merma en los bolsillos de millones de chilenos y, en especial, de miles de pequeñas y medianas empresas (Pymes), cuyos costos de producción se elevan sistemáticamente.
Chile, como importador neto de petróleo, ha acusado el golpe ineludible del alto valor internacional del insumo, pero la discusión de fondo debiese centrarse en la posibilidad de revisar el impuesto específico, aspecto planteado de manera insistente por diversos gremios transportistas.
De acuerdo a un estudio elaborado por ESTRATEGIA en 15 mercados del mundo, la cotización doméstica de la gasolina es una de las más altas, incluso, superior a la de naciones como Francia, Suiza, Estados Unidos y Canadá. Más aún, respecto del PIB per cápita, medido por paridad del poder de compra (PPP), nuestro país sólo es sobrepasado por Perú en esta nómina.
De ahí la relevancia de evaluar una reducción del tributo específico, el que explica alrededor de $264 (35,3%) del precio actual del carburante, lejos del 10% que pagan los norteamericanos por ese concepto. Se trata de un gravamen creado en 1985 para financiar la reconstrucción tras el terremoto de aquel año y mejorar la infraestructura vial. Hoy, el escenario es muy distinto. El Fisco atraviesa por una histórica bonanza en sus arcas, amén del rally del cobre y la mayor recaudación por el dinamismo económico. A ello se suma el evidente avance consignado en las licitaciones de carreteras y avenidas de la capital. En definitiva, tenemos la oportunidad única de inyectar un impulso efectivo a la productividad y el bienestar de todos.

Fuente:http://www.estrategia.cl/detalle_noticia.php?cod=40677